domingo, 5 de febrero de 2017

41.0 Hapana Chena


41.1 Un joven jefe tribal zezuru guió una vez a su pueblo muy al sur, en busca de caza. Pero MWAKA, la estación seca, se adelantó para proteger la caza, celosa de los zezuru.

41.2 HAPANA era una niña miembro de la tribu, que a la edad de 11 años era aún responsable de cuidar de su hermano pequeño DIKI. El cual enfermó por la falta de agua y alimento.

41.3 El primer día ella fue a por agua al río para aliviar a su hermano, pero el lecho del río estaba seco y sólo pudo recoger barro.

41.4 Entonces tomó su cántaro y partió a la montaña en busca de agua. Pero el espíritu de la montaña la rechazó y puso piedras en su camino. Ella se hizo heridas en los pies y tuvo que regresar.

41.5 Al tercer día Hapana decidió que no regresaría al poblado hasta encontrar agua y partió al desierto con su cántaro. Pero por el camino fue presa del cansancio. Cayó al suelo, y el cántaro, al caer, se le rompió.

41.6 Hapana recogió los pedazos rotos del cántaro con sus manos y presa del dolor se rasgó con ellos el vientre, mientras lloraba al saber que ya no podría llevar agua a su hermano, que tanto la necesitaba.

41.7 Entonces el espíritu del agua escuchó a Hapana y se apenó de la muchacha. Vio sus manos manchadas y quiso lavarlas con su lluvia. Pero al caer el agua sobre ella, ésta se volvió sangre, manchando aún mas su vientre. Entonces HAANGA, el espíritu del agua, comprendió el afecto que la muchacha sentía por su hermano y le otorgó el don de la sanación y de la vida.

41.8 Cuando la muchacha regresó a la aldea, el rocío de lluvia ya cubría de nuevo la sabana. El chamán de la tribu y los demás cazadores se arrodillaron ante la muchacha, que ahora fue llamada HAPANA CHENA, para recibir su bendición.


...

41.6.1 Hapana se hirió con esquirlas el vientre hasta sangrar. También hay quien cree que la muchacha se hizo mujer y que el camino que emprendió no fue otro que el camino a la vida adulta. Por eso, las muchachas zezuru deben abandonar la aldea antes de su primera menstruación y no regresan a la misma hasta la siguiente temporada de lluvia.  

41.7.1 El agua hace fértil a la tierra. La sangre hace fértil a la mujer. Haanga, el espíritu del agua, susurró a Hapana el conocimiento mágico de la sanación, convirtiendo a la muchacha no sólo en mujer, sino en la primera Chena Mweya. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario